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Existen posturas en concreto que benefician o perjudican la calidad del sueño.

Ventajas: aliviamos la tensión en la zona lumbar. Según varios expertos en descanso, ésta es la mejor postura para dormir bien, independientemente si nos acostamos del lado izquierdo o derecho.

Inconvenientes: En las mujeres no es muy recomendable ya que esta postura puede provocar y/o agravar la flaccidez en el pecho. La alineación de la espalda no siempre es la correcta: la posición natural de la columna vertebral durante el sueño, idónea para un descanso de calidad, se consigue con una firmeza media de la superficie sobre la que dormimos. Dormir de lado puede ser más cómodo, si colocamos una almohada entre las piernas.

Ventajas: En esta postura, el estómago queda por debajo del esófago, evitándose así la acidez y el reflujo. La columna descansará relajada y en posición natural, siempre y cuando dispongas de un colchón de firmeza media que se adapte a las curvas de tu cuerpo. Al no realizar ninguna presión sobre la cara, no hay riesgo de arrugas por el apoyo contra la almohada. Idónea para personas que padecen de acidez estomacal y pesadez durante la noche.

Inconvenientes: Esta postura propicia el ronquido ya que dificulta el paso del aire. Una almohada especial puede ayudarte en caso de que seas roncador.

Si bien es buena para las embarazadas y para roncar menos, la posición fetal implica una curvatura del cuerpo que restringe la respiración diafragmática y que puede traer tensión y dolor en el cuello y espalda al día siguiente. También favorece la aparición de arrugas y la flacidez en el pecho.

¿Duermes en esta posición? Si es así intenta no curvarte demasiado para evitar las desventajas que mencionaba recién. Utiliza una almohada gruesa que genere un buen soporte entre el hombro, el cuello y la cabeza.

Los expertos coinciden: esta postura no es la más recomendada para dormir, principalmente por estas razones: La cara queda aprisionada contra la almohada, agravando las arrugas faciales. La torsión a la que sometemos al cuello en esta postura, hace que no sea muy recomendable ya que modificamos la curva cervical, además de correr el riego de despertarnos con un dolor focalizado en esta zona. Otro inconveniente de esta postura es que dormimos sobre el estómago y el pecho, impidiendo así una respiración fluida mientras dormimos.